se busca

poesía_extraña

En la entrada del edificio
vi un anuncio,
se buscaba:

Grosero gordo tamaño absoluto
de forma gruesa llena de madura carne
con total calambre al caminar palpitando
al mundo como una marea nueva de arañas,
de puño enrojeciéndose con madrugada
tan dulce de tristes mesías,
los siglos de ciudades
antes de cristo tallados como tatuajes
en oro en polvo sobre el pecho
como el aislado aspecto de una divinidad
opulenta y decadente – ¡buen salario y horario flexible!

Entré sin encontrar las escaleras que darían
con la oficina. Hablé con el recepcionista
y le pregunté a qué hora cerraban.
Al salir del edificio entró
un hombre gordo y tan tosco
que cuando dio contra mi hombro, no se disculpó.

El sol estaba casi feliz y las nubes iban cuesta arriba
al ritmo de un dócil buey. Tenía algún tiempo para desperdiciar,
tiempo para rumiar con un cielo viejo sobre mi sien.

Me senté al no encontrar un alma con quien llorar.
Tenía una fiebre al borde de los huesos.
Y con tanto lugar por visitar alrededor
me deformé en silla y me envolví en inercia.

Miré la absurda blancura de mis uñas
mientras intentaba leer un periódico.

En casa recordé todas estas cosas
horas después.

Las fui maquillando todas estas cosas,
con púrpura e historia, con ceniza y lápiz labial,
con rubor y perfume hondo a olvido,
con joyas y con los dedos tocaba el piano
hasta el fin del reloj.

Poesía Contemporánea

el poeta

el_poeta

Naturalmente el poeta es un objeto. Estira las piernas y estudia con los ojos la quemadura del pan. Abre la puerta, atento al crujido de la puerta, segundos antes de salir por la puerta. De lejos parece, si lo comparamos, a un arbusto con su traje verde y arrugado. El bus lo transporta a un destino trillado. Con cuchara en mano lee el periódico y con anteojos se lava los dientes. Fuma con la noticia después a leer un obituario. Se sienta en la idea cuando está cansado de analizar la sensación. Es naturalmente un objeto fingiendo libertad entre cuatro paredes de hogar; determinado a abrir la ventana cuando hace calor. Él o ella hace círculos con su lengua al besar, sus escalofríos hacen geografías fantásticas en su piel. El poeta es un objeto generalmente desapercibido, una de muchas nubes en el cielo de la vida. El poeta, en su imaginación, visualiza la vida como un gran libro que (él o ella) va abriendo arbitrariamente para descubrir nuevos capítulos del ser. Es naturalmente una profesión absurda porque el poeta, siendo un objeto cansado y vulnerable, cierra los ojos para soñar las mismas cosas que sueñan todos los demás hombres y mujeres.

Poesía Contemporánea

brizna

poesia_natural

Llovía.
Las ventanas de la ciudad.
En baches flotaban quizá
más y más
los fragmentos de la mente.
Llovía.
Desde las orillas del cielo
se resbalaba una neblina.
Las ruinas del eco
de cada gota.
Fuerte lento y gris;
desde las ventanas de la iglesia
un gran miedo.
La vida hace trenza ultramarina.
La madera bebe y bebe.
En el fondo, un barco
con furia abría sus velas.
Una puerta, y en silencio.
La oscuridad brotaba de modo
extraño del cielo a la tierra
húmeda y sin huellas.

Poesía Contemporánea

idiomas de nacer

nacer_de_luz

Debo nacer antes con ayer alto
de mujer.

Y hombre tal vez era elegir nombre
de esperar.

Campo lento quizá vida ilumina
ancla moviéndose.

Anticipar necesaria piel abrazar fe
durmiéndose.

Debo aclarar después brazo de luz
en la cama.

Y humedecer vasta sensación con propósito
acabándose.

Ley desde silencio con vehículo
atento en ala.

Aparezco soñándome viviendo inmensa exactitud
imaginada.

Debo nacer pronto con mañana puesto el nadir
en músculo vertical dilatándose.

Poesía Contemporánea

desvelado

origen

Anocheció
y fue nacimiento,
el rojo me rozó
con su ligero grueso,
palpitando las estrellas
corren como sangre
en el tiempo,
siempre
transitó el universo
por fuera de mi ventana,
cargado de novela
e ímpetu iridiscente,

noté que mis ojos
se me escaparon
como dos canicas
para caer en el fondo
del origen.

Poesía Contemporánea

Nadie lee un poema

poesia_muerte

Nadie
lee un poema
para calcular
cuantos minutos
le quedan por
vivir.

Nadie agarra
una estrofa
y se la amarra
como una corbata
para ir a casarse
con la luna.

Nadie
entiende que la metáfora
es un puente, sino ya
habríamos cruzado
la noche con sus mil
peces de luz.

Nadie
le abre los ojos
al verso,
para no quedarse
ciego con el fulgor
de su dolor.

Nadie
lee un poema
para no morir
sabiendo que no
sabía nada.

 

 

Poesía Contemporánea

el fin de la tierra

fin_de_la_tierra

Quién borrará la vida
para iniciar un nuevo
lamento. Todo

ya sucedió. Yacemos libres
debajo de campos
amueblados con rocas
y huesos. Esperando

el clímax de un ciego génesis.

Ahí entre polvo
quedaron sabidurías
hambrientas de más.

Quién fue el último
en ver la sombra
hacerse ala hacia luz.

El filo blanco del infinito
arrugándose en rojas
sierras de horizonte.

Quién fue el último
en ver la tierra
con ojos de microbio
y cantando con todas
las lenguas de las eras
un adiós

al camino.

 

 

Poesía Contemporánea

al nacer con nada

al_nacer_con_nada_poema

Anteriormente
estuvimos arropados
en un circuito
de mudos nudos.

Recuérdalo, antes del color,
antes del primer sonido
que entró como daga
por el oído.

Anteriormente
éramos desconocidos espacios,
abiertos y durmiendo
tan llenos de vacíos.

Recuérdalo, antes de que la piel
rozara con la historia, antes
de que la noche se congeló
en alegoría infinita, antes.

Anteriormente
había desnudez,
un mundo entregado y agotado
en cada instante, luz pura lividez.

Recuérdalo, antes de estructura,
la marea
mareándonos con intraducible
movimiento, ausencia corpórea.

Anteriormente
abordábamos eterno
esa esfera sin fronteras,
el interno invadía el externo.

Recuérdalo, antes de la soledad,
cuando no había fondo, ni jamás,
ni objeto, ni muerte –
todo siendo lo mismo con todo lo demás.

Poesía Contemporánea

en el patio

aurora_poema

No dejaré
pasar la nube
sin morderle
su triste morete
desde un banco
se borrará
el hilo del equilibrio
y quedará la aurora
encogida entre las manos
como arruga de pan;
no esperaré
el recuerdo aletear en la luz
sino nuevo y deforme
brillo sobre la nueva
tarde y los niños
en el patio
agarrando el olvido
con sus deditos
desplumándolo
como si fuera algodón
nieve o espuma.

Poesía Contemporánea

1987

Pongo una oreja
contra la desdibujada foto
de la memoria –
unos cuantos pasos imprecisos
en el cuarto de mi madre; el sol blanco
de 1987.
Ya me acuerdo, soy un espectro
preservado en mármol. Sin pies.
Apoyo mi cabeza de cal contra la noche.
No son estrellas. Son boronas de
pan blanco que tiré a la tierra
para que comieran los zopilotes.
Soy una cueva de lágrimas,
donde se bañan los murciélagos.
Veo la foto y sus eventos son
como reflejos del lago donde nunca nadé.
Soy un niño tallado en blanco y negro.
Sin dientes. 1987.

Poesía Nihilista