
Me encuentro sentado
esperando un café
afuera, la guerra continua
en las alturas lejanas las galaxias se trituran unas a otras
sabes, como cuando una tragedia se aproxima
y no hay acción, sola una lenta espera
hasta que el momento anticipado llega-
estoy mirando – esto tan eterno
y la lucha sigue afuera, la gente corre
la gente se tropieza y se arrastra hasta un árbol
míralos
pienso en silencio.
Que difícil ser hombre,
como lucha contra sí mismo
resiste, tembloroso a mirar el vacío que rellena tanto terreno.
El café llega y mi vecino corre espantado del silencio de mis ojos
¿tan difícil es: detenerse? Dejar que las cosas sucedan por sí solas…
Anduve ayer por la llanura,
un llano quieto, un cambio despacio – la niebla pronuncia sílabas
en décadas
el monte crece como mi barba, quién los detiene;
ayer era como el agua transparente
un rocío sin destino previsto: evaporarse solo si calienta el día
Espérenme, ya terminé mi café
ya me sacudo mi camisa
salgo por la puerta
y me pondré a correr con ustedes
Pero nadie todavía me ha respondido: ¿Cuál es la prisa?
Poemas Nihilistas