
Hay un incendio negro,
las llamas dan dolor
porque son lenguas
con filo de sombra
hablo de la muerte,
lo que encierra la vida
entre el humo y tanta ceniza
soy el único que cruza
la calle y grita
con ojos alarmados:
no puedo más –
anoche vi un joven
pantalones tallados, mochilero
pelo largo y una
mirada extraviada
sus ojos eran cristales,
grandes lupas adivinando
la distancia entre todas
las cosas
estaba drogado, solo
en una esquina de
Christania
es valiente, pensé
un verdadero poeta sin rumbo
disipando la experiencia
en canales de trance y color,
pequeñas escenas
de sabidurías centelleantes
empecé contando de la muerte
y ahora de un joven
que acepta la muerte
como se acepta la luz del alba
lo voy a ir a buscar,
ese poeta que ve la poesía
y nunca la escribe
voy a buscar
ese aventurero
que sabe de la muerte
y descansa tranquilo
bajo una sombra de árbol
voy a hablarle
y decirle,
tomémonos unos tragos
y alejémonos de los muros
que en vano esconden
el misterio
llévame, le diré,
al refugio de tu silencio
y miremos como
esta vida es una
profunda caída
sin recuerdo.
You must be logged in to post a comment.