No sé el génesis,
lo que me dijeron ni hacia donde corrí.
Empezó tímido, luego agrio
finalmente inconmensurable.
Mi estructura para empezar
en su rincón más visceral,
el mundo desde la lupa del rocío.
Imagine tener una idea, cada soledad
abriendo una época tras época de lucidez
como cinco islas aisladas en un poema.
Algo dejé etéreo como un eco en mi pasaje
una duda creciendo en hermosa espesura
como la de un campo colmado de flores.
¿Dónde llegué? No sé quién ha preguntado
ni donde estoy, solo con hambre y la noche
un bocado de estrellas.
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