Estrellas son innumerables silencios,
tan mudas,
historias distantes envueltas en silencio
una grandeza inhumana
sin propósito…
llegamos hasta este instante en el flujo
a través de milenios
murieron los hombres por una causa mayor
una fe intratable
como si su misión se cumpliera en el futuro
un momento culminante para el que todos vivimos
pero anoche me senté a mirar las estrellas
tantas de ellas, tantas como los deseos inacabables del humano
y el mundo sigue persiguiendo ese apogeo histórico
el momento donde todo el sufrimiento, la agonía, la locura
se justifica con un orgasmo divino
nuestras oscuras vidas iluminadas con ilusión de un propósito
¿Dónde?
¿Por qué proyectar al futuro ese infantil capricho?
Queremos gozar de una trascendencia, un sentido
un porvenir decisivo
pero no existe ninguno, nada: excepto el vasto vacío del espacio
nada, excepto el proceso interminable de este mismo instante,
nada, pero esas lucecitas voraces denominadas: estrellas.