Casi no existir

Suspiro, eterno espiral
noche de espuma, revoltijo
antes de ayer, cuando la luz era invisible
las células eran pájaros voladores
la sangre era horas de la tarde
despertar era recrear la creación
reconstruir la Nada… crear la primera partícula
cae,
caer,
callar,
nombrar el vacío
el hermoso inexplicable puente
que une esta historia con la profundidad sin rostro
el tiempo perdido no tiene culpa
nunca ha existido la muerte;
la piel tocándose a sí misma
la lengua con sabor a lengua
la gota de agua sin borde
inmóvil las torceduras del árbol
inmóvil cae la hoja por los aires –
nunca existió la muerte
vivir es casi no existir . . .

Sentir el sinsentido

Nuestra corta existencia

      se acorta con cada nueva palabra

     elogiada en la punta del lápiz

se encoge el desfile de formas

     con la longitud de otra ambigüedad formada

y, aun así, podría seguir repitiendo en cada nación

                    cada lengua

el canto de mi desesperación

          repitiendo las agonías

declarando entre húmedas orgías

                el himno de la noche antigua

                “estoy solo y voy a morir”

irreducible aspecto de la mortalidad

      entre los hermosos cadáveres

                        que ríen, celebran y viven el día –

 así vivo también, pero moriría

         al final de una interrumpida oración
haber vaciado un sinsentido de sustantivos

             al hueco podrido del universo

ARS POETICA