¿Fue error
separarse
llamarse huérfano
para recorrer descalzo
la inmensidad de las cordilleras
del pensamiento
sin aire, ahogarse en las aguas nocturnas
del enigma
anclado en la soledad
para ver los edificios muertos cuando todos
se fueron a dormir
crecer la barba por falta de espejo –
fue error
ser espectador único
lombriz de tierra
aún en el lodo prístino;
inventando las nubes
que lloverán sobre los innavegables ríos
que lentamente llenan los océanos del futuro?