Que los días:
sean el murmullo que emiten
los parpadeos del cielo
Que el pensamiento:
empiece con rosa alborada
y termine con la substancia
amarilla del silencio
Que los poemas:
siendo piezas de un esqueleto
que dejó el tiempo
enterrado en nuestros recuerdos
Que las mismas palabras:
brincan como polvo alborotado
en la galería de una nube
Que las bestias:
se pierdan sobre el techo
del sueño en una temible
huella de laberinto
Que el cuerpo:
sea absorbido como el sudor
sobre la almohada del viento
Que la cordura:
deje una raíz de fuego
arraigarse en el ciego
destino de las existencias.