Entras en mi superficie
y con el lado filoso
de tu oscuridad
cortas en dos mi monotonía
sumerges dos dedos
en la épica de mi sangre
en tu boca
mi plasma se hace
leyenda ilógica
recoges mis huesos
los ocultas en tus regazos
como una broma prohibida
dibujas el aire
de mis pulmones
en un cielo sin azules
me asfixio
en la atmósfera
de tu travesura
luego, no dejas ni una sombra
para abrigarme
me preguntas
“viviremos”
y sigo aun
sin responderte.