un charco de hedonismo

Me gusta tocar ese lugar,
curvo y blando, oculto –
que esconde el deseo.
Es magia,
que la piel roce
una fantasía y erija un obelisco.
No es morbo
sentir un relámpago extinguirse
debajo de la sangre.
Sucede y uno respira
como un árbol de hojas erizadas.
El peso de la esencia
deja glaseado el nuevo
flácido arco.
No hay que esperar siglos
para que aparezcan
monumentos al placer.

 

 

 

Poesía Nihilista

Leave a Reply

Please log in using one of these methods to post your comment:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s