La gran idea
de respirar
envuelto
de duelos
y salvajes
sabidurías
de mí era
esa perturbación
emitida
que le llaman
comportamiento,
de mi
persona
salía ese humo
y revoltijo
que le llaman
propósito
y razón
todo indica hoy
que me enfrento
a una irreparable
realidad
de accidente;
de noche más cruda
mi entorno
sin importar la hora
es cada vez más mítico
sin etiquetas, normas, definiciones:
una confusión de memorias y llamas
no puedo dejar ninguna promesa
¿qué sucederá después de todas
estas eternas condiciones?
dejar de ver
quizá renunciar el concepto
algo menos de la rutina
para llegar a los labios
de un espejismo,
me sumo a
la confabulación
de destinos;
esas contracciones
ciegas y de belleza
ilegible.