Tengo que cerrar los ojos
para desenredar la memoria
de la luz.
Son flores de pétalo negro,
brotan debajo de solitarias sombras.
Hay calma en este perfume
de tinieblas.
No confieso saber si el hoyo
del silencio es tan profundo
como el destino de la música.
Me enfrío y siento el universo
evaporarse a una distancia
que ya no toca mi piel.
¿Será la muerte
o una atmósfera
de alas negras batiendo?
Es probable que nunca más
vuelva a abrir los ojos
o más bien, que nunca
los he tenido abiertos.