Esta noche dormiré sin tirantes.
Estirado como un trémulo
en piel diferente.
Dejaré un pequeño margen
entre las esquinas del cuerpo
y el golpe abundante del corazón.
Será una noche diferente
porque mis sentimientos
ya no son piedras.
Son luces frescas
en un pañuelo,
sin metafísica, sin abismo.
Las manos ya no se aferrarán
a las sábanas como anclas.
Dormiré como un pez
en ola negra.
Los hombros harán
ondas en la oscuridad.
Esta noche no amarraré
mis colmillos al techo.
Esta noche dormiré
sin pimienta en mis ojos.
Dormiré como un vaso lleno,
sin que las migajas del mañana
se acumulen en mi ombligo.