La cola que deja la aparición
un dragón de humo nadando
en la danza del tiempo y la historia,
culmina la evolución en una colilla
de cigarrillo, muerta de sed y sol,
para que llegue el empleado de limpieza
al barrer la mesa del piso y comerse
las puntas de los pelos con la boca
de un respiro – mientras tanto yo
cansado como los hielos de la risa,
observo los hechos absurdos de mi época –
la poza del olvido centellando
con el plástico quemado de la sabiduría,
la fruta aplastada del corazón.