si párpados
plasmados
existiéramos intrincadísimos
poseídos en instante
del instante goteado
saltos de conducción espiritual
todo anochece roto, difundido
hacia absurda soledad de soles
en el pecho de músculo –
la fecunda ruptura
libres del albedrío
navegan los vidrios del aliento
en mar de accidente
a emisión despejada
inmerso, inexplicable
un sentimiento apenas
sobrevolando;
la desaparición del precedente
inicia una ráfaga
con funda de piel
en otoñal caída
a un amarillo
de incomprensible furor
inimitable e irrepetible
descenso