
estas palabras pobres se desboronan
como tierra inconsistente
en papeles enrollados que encuentro
por el camino de mi desventurada fortuna,
en las esquinas… sentado, albergado, evitando
un viento frío que es mucho más puro que todo lo que podré escribir;
tinta sucia e invendible
letargo de horas que son mías dedicadas a nada
escribiré la pesadumbre que se desmonta sobre púrpuras horas
y la mano callosa dejará un arte débil,
unos cuantos papelitos en los charcos pueblerinos
debidamente disolviéndose al momento
abandonar la suciedad entre suciedad….
ese es el consuelo.