tengo tiempo de no limpiar
una flor en el camino
miro, si acaso, las estrellas de polvo
que se estrellaron contra mi zapato
tengo tiempo de no amanecer
al color de vino rosáceo,
me torno cada día más gris
hacia un opaco destino
tengo tiempo de no escucharme
mis sílabas deben sonar a guitarra
con una sola cuerda antigua
bo-bo, bo-bo, bobo
tengo tiempo de no evaluar
si la vida vale la pena,
me parece todo un relámpago
un instante y nada más. . .