Una nueva generación
de hormigueos y perezas
en mis labios
¿qué decir que no se haya dicho?
todo está tan quieto
la mesa con sus libros
la lámpara y la sombra debajo de la silla
reposando
dormitando
debajo de sus superficies mudas
empiezo a callar como estos objetos
atisbo que detrás de la apariencia
nada se esfuerza
imito el reloj
entre las pautas
de los segundos
no
sí
no
sí
estipula la mente
agitada
pero yo
ya estoy cruzando
el borde del secreto
el tiempo
se acuesta
como un llavero
sobre la mesa de noche
en ese voluminoso espacio
sin la proeza de existir
sin esfuerzo ni represión
sin propósito ni explicación…
lloro.
Poesía existencial