Cómo caigo en Madrid,
a respiración pura
bebo su sangre y vino-
con qué locura
acepto estas muestras de fugacidad;
hay perfumes que hablan
con todo contacto
el lenguaje de transitar
cuando ya divaga la mente
sobre los torbellinos de
sus ojos, sus labios,
otros cabellos, la
risa desinhibida
de una y otra mujer . . .
caigo como sombra perpendicular
sobre un lago negro lleno de
peces y lucha; son calles
de calles desenvolviéndose
como las curvas de un
deseo oculto – miro
atrás a toda esa poesía
que viví y compuse
en esa ruta amplia y desviada
pero que no dejé plasmada
en esas hojas de papel –
era arte y vida dialogando
eran un par de noches
de libre albedrío ,
dos noches
dos sueños después
ya estoy en otras tierras,
otros laberintos.
The picture is astounding…