Cruzo la calle
sintiendo
el planeta
deslizarse
como una gota
de sudor por mi espalda.
Todo es tan pequeño,
esta cápsula
de percepción.
Noto que las hojas hoy
son amarillas
y deseo aguantar
otro año más de olvido.
Hay tanto gris
entrelazado
con la luz,
hay venas
transportando las sombras
hasta un corazón
envuelto
por pétalo de luz.
He sido domesticado
y observo sin conmoción
otro siglo retraerse.
Abro la puerta y lucho por tragar aire,
como si importara.
Me acuesto en la cama
y dejo el pensamiento entreabierto.
Hasta aquí cargo el adulto.
Me acobijo y la vida se acerca
como suave seno
relleno de leche.
Quedo ebrio con el silencio
y las sábanas dejan caer
el tiempo
como alas
perdiendo plumas
en su vuelo.